Este lunes el portavoz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Farhan Haq, advirtió sobre la actual situación que amenaza con agravar la ya devastadora crisis humanitaria en el enclave palestino, bajo asedio constante.

«Las reservas de combustible en Gaza son críticamente bajas, la ONU advierte de que, a menos que se encuentre una solución en los próximos días, toda la operación de ayuda podría paralizarse», declaró Haq en una sesión informativa, subrayando la «presión» que esta carencia ejerce sobre los servicios esenciales en Gaza.

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El vocero de la ONU denunció que las autoridades israelíes han denegado en repetidas ocasiones la reposición de las reservas de combustible necesarias para el funcionamiento de la ayuda. Esta acción se enmarca en la reanudación de los ataques israelíes contra la Franja de Gaza desde la noche del 18 de marzo, tras un alto el fuego de dos meses.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, justificó la decisión de reanudar la ofensiva alegando que el movimiento palestino Hamás se negó a aceptar un plan estadounidense para prorrogar el alto el fuego y liberar a los rehenes. Sin embargo, en el mismo mes, Israel interrumpió el suministro eléctrico a la planta desalinizadora de Gaza y bloqueó el de camiones con ayuda humanitaria, aunque posteriormente autorizó un ingreso limitado de asistencia ante la presión internacional.

La paralización inminente de la ayuda por falta de combustible no solo afectaría la distribución de alimentos y medicinas, sino también el funcionamiento de hospitales, plantas de tratamiento de agua y otros servicios básicos, lo que representa un riesgo directo para la vida de los millones de palestinos atrapados en Gaza.

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