El Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que agrupa a las principales centrales obreras, confederaciones de pensionados y organizaciones sociales, confirmó su convocatoria a una jornada nacional de protesta que anunciaron desde los primeros días de manifestaciones en el país.

El objetivo principal de las manifestaciones será respaldar la consulta popular impulsada por el Gobierno para modificar la legislación laboral. Mientras, desde algunos sectores movilizados alertan que los ataques violentos que han sacudido el país en días recientes pretenden desviar la atención de los avances en las transformaciones sociales para impedir que se lleven a cabo.

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Los convocantes denuncian que el texto de reforma laboral aprobado por la Comisión Cuarta del Senado es una “contrarreforma” que pone en riesgo derechos laborales conquistados durante años.

Entre sus principales críticas están la legalización de jornadas laborales superiores a 8 horas bajo la modalidad de 4 días a la semana, la eliminación del contrato de aprendizaje y la permanencia de contratos sindicales que consideran fraudulentos.

Además, alertan que algunos senadores pretenden eliminar los pagos extras por trabajo nocturno, dominical y festivo, los cuales ya habían sido aprobados en los debates anteriores.

Frente a este panorama, el movimiento sindical insiste en la necesidad de una consulta popular, como la que propone el presidente Gustavo Petro, para que sea el pueblo colombiano el que decida en las urnas si apoya o no estos cambios. Esta propuesta recobró fuerza después de que un juez declarara que hubo irregularidades en la votación del Senado que negó la consulta.

La Central Unitaria de Trabajadores también se pronunció contra el atentado que sufrió el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. Condenaron la violencia como método de confrontación política y reafirmaron su defensa de un debate democrático.

“La diferencia no puede ser excusa para el odio. Llamamos a preservar la paz y fortalecer las garantías para una discusión libre, plural y pacífica”, dijeron los sindicalistas.

Aunque el proyecto de reforma aún debe pasar un último debate en el Senado, los trabajadores se preparan para salir a las calles con una consigna firme: que el pueblo tenga la última palabra.

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